lunes, 6 de diciembre de 2010

Otros Barrios pueden ser posibles.

Nadie puede negar que la polìtica nace en casa.
Desde los comportamientos sexistas a las manifestaciones democráticas se expresan en las casas puertas adentro y se reflejan hacia el afuera con total transparencia.
Pero los barrios que son son una manifestación explícita de la humanidad en virtudes y miserias, pujan de alguna manera por desarrollar la vida en base a aquellos esquemas residuales de los que la ciudad se despoja. Estos esconden sus agrios personajes, incrustados en las instituciones que los aloja garantizando el suicidio de las mismas.
El cambio es posible si se generan mecanismos de trabajo interasociado, partiendo desde una perspectiva que no es tan nueva, explicitar los objetivos de bien común y desarrollar acciones concretas que plasmen esos objetivos en logros puntuales.
Esto podría ser entendido como un mero enunciado sin bases firmes en la realidad. Pero desde el tránsito en la militancia social, se puede decir que la explicitación de la ideas en términos políticos, representan exactemnte el opuesto si hablámos lógicamente.